Mi despedida del bosque
- morfinursula
- 18 oct 2023
- 2 Min. de lectura
Mi casita del bosque, ay, cuánto la voy a extrañar. Este espacio tan alejado y solitario que se convirtió en mi guarida.
Un espacio que sostuvo una transformación mía y que poco a poco iba integrando los cambios de las estaciones. ¿Cómo no iba a aprender así de mis propios ciclos? Los recuperé después de dos años de no tenerlos.
Me distraje los días aprendiendo la importancia de "hacer hogar". Elegir adornos, acomodar y reacomodar según la luz de cada temporalidad. Elegir y cuidar nuestros muebles, nuestras cositas.
Hacer hogar es acomodar afuera para que se arregle adentro.
Esta vez el viaje no fue para conocer ciudades nuevas, esta vez fue pa´dentro. Teníamos pocas distracciones que se agotaban rápido y regresaban las tareas rutinarias: cocinar, limpiar, recoger.
Caminatas afuerita de la casa para buscar las sorpresas que venían con los cambios. Ufff una verdadera gozada vivir el bosque tan vivo y cambiante.
Me sentía retraída del mundo. Hibernando con mi cachorra, guardadita, en mí y no en los demás. Es que yo no sabía vivir así. Mi vida estaba volcada hacia afuera y ahora veo qué importante es vivir hacia adentro.
Aquí viví las pérdidad de dos embarazos, la partida de Siddharta, el embarazo de Lua y un parto que significó un desperter sobre la fortaleza y el poder mi cuerpo. En cada uno de estos momentos, aprendí a conectar conmigo misma entregada al proceso sin ninguna resistencia. Me di cuenta que la sanación y herramientas siempre habían estado dentro. Recuperé mis ciclos y con ellos una confianza absoluta sobre la sabiduría de mi cuerpo, mi propia medicina.
Mi casita en medio del bosque. La llevo dentro de mí con la esperanza de que cuando la necesite pueda meterme de nuevo, cerrar puertas, ventanas y refugiarme ahí.
Que no se me olvide, que no me distraiga tanto la vida.

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